El miedo en Occidente
(Siglos XIV-XVIII). Una ciudad sitiada
Jean Delumeau
TAURUS (Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.)
Colección: Clásicos
Radicales
Barcelona (ESPAÑA), 2019
Precio con IVA: 23.90 €
614 pp.
ISBN: 978-84-306-2285-6
Una monumental obra sobre nuestro constante diálogo con
el temor y la amenaza
Esta excepcional obra
del historiador Jean Delumeau demuestra que no sólo los individuos, sino
también las colectividades e incluso las civilizaciones pueden estar atrapadas
en un permanente diálogo con el miedo, ofreciéndonos una sorprendente historia
de Occidente desde el siglo XIV hasta el XVIII.
Apoyándose en un
vasto campo de observación histórico, desde luego, pero también económico,
sociológico, psicoanalítico, psicológico y antropológico el autor traza el
retrato de una sociedad traumatizada por la peste, las guerras, las disputas
religiosas y la inseguridad permanente, y analiza la instrumentalización del
terror, sobre todo por parte de la Iglesia. Este ensayo matiza la imagen a
veces idealizada del Renacimiento y desvela la intimidad y las pesadillas de
nuestro pasado, raíces de la necesidad de seguridad que caracteriza a la
sociedad contemporánea.
El historiador
francés Jean Delumeau nos dejó el pasado 13 de enero [de 2019] a los 96 años.
Su amplia obra le había convertido en una guía irrenunciable a la hora de
comprender la historia occidental y desbrozar los peligros que nos acechan
cuando nos acercamos a ese país extraño que es el pasado. Quizá no fuera uno de
los historiadores más mediáticos, pero sus libros han entusiasmado por igual a
especialistas y lectores inquietos. Ernst Gombrich repitió constantemente que
la historia no estaba poblada de abstracciones, sino de hombres y mujeres
concretos. Y Delumeau lo sabía a la perfección.
Por esa razón fue uno
de los mejores exponentes de la renovación que supuso la pujanza de la historia
de las mentalidades en el último tercio del siglo pasado. Frente a los excesos
de un interés cuantitivista que buscaba el marchamo científico, un grupo de
historiadores –entre los que se encontraban Georges Duby, Jacques Le Goff,
Philippe Ariès, Pierre Nora, Maurice Agulhon o Emmanuel Le Roy Ladurie– se
encargó de resituar el lugar de la cultura en el pasado desde una perspectiva
antropológica y social. Las emociones, las representaciones, los sentimientos,
los valores o las creencias se colocaron en la agenda historiográfica. Y en una
posición preeminente.
Nacido en 1923,
Delumeau se convirtió en un aventajado alumno normalien durante
la Segunda Guerra Mundial, donde consiguió la agregación en Historia. Discípulo
de Fernand Braudel, tras doctorarse con un trabajo sobre la vida social y
económica de la Roma de mediados del siglo XVI, su periplo académico le llevó
de las universidades de Rennes y París a la École Pratique des Hautes Etudes.
En 1975 consiguió ingresar en el Collège de France como catedrático de historia
de las mentalidades religiosas, donde estuvo hasta su jubilación en 1994. Los
que tuvieron la oportunidad de escucharle, destacaron siempre su claridad
expositiva y la sutileza de pensamiento, así como la capacidad para reconstruir
esos mundos sepultados por el peso de los siglos.
Delumeau siguió
trabajando hasta el final de sus días. Continuaba investigando y escribiendo e,
incluso, acudía a las reuniones de la Académie des Inscriptions et
Belles-Lettres en París. Varias generaciones de historiadores le reconocieron
como un maestro que revitalizó la investigación de la historia religiosa de una
Europa que se movía entre las aguas finales de la Edad Media y los inicios de
la Edad Moderna. El cambio transcendental en su carrera se produjo en 1971 con
la publicación de Le Catholicisme entre Luther et Voltaire.
Dejaba de lado sus
intereses económicos y se sumergía en el complejo universo de la religiosidad
moderna. Sus estudios sobre el miedo, el pecado, el Paraíso, los sacramentos,
la paternidad, la felicidad o la blasfemia son ya clásicos que se siguen
leyendo y utilizando. Desde entonces sus investigaciones se asentaron siempre
en un dominio absoluto de las fuentes primarias, pero también usó con
inteligencia la literatura de la época, los conocimientos de la psicología
humana y los desarrollos de las Ciencias Sociales. Todo testimonio pasado, por
anecdótico que pareciera, era aprovechable para construir una historia total
del ayer.
Su obra maestra
fue El miedo en Occidente (siglos XIV-XVIII). Una
ciudad sitiada (1978, reeditada recientemente por Taurus), que tiene
como correlato Le Péché et la peur: La culpabilisation en Occident (XIIIe-XVIIIe
siècles) (1983). Se trata de un trabajo prodigioso que intentaba analizar,
yendo de lo general a lo concreto y de los ambientes más populares a los de la
élite, los principales mecanismos del miedo a lo largo de un tiempo histórico
amplio. Probablemente fue el primer intento de largo aliento para explicar este
fenómeno social defensivo.
Aunque otros, como
Lucien Febvre o Georges Lefebvre, ya lo habían intentado, nadie puede hablar
del miedo hoy sin hacer referencia a Delumeau. Nos descubrió entonces que la
Europa medieval no fue un territorio tan cristianizado como supuestamente se
pensaba y que la “pastoral del miedo” que se forjó en aquella época fue una
herramienta ambivalente que sirvió para combatir temores y controlar a los
creyentes.
Hay una dimensión
biográfica de Delumeau que no puede ser olvidada: fue un católico rebelde y
crítico influido por la experiencia del Concilio Vaticano II. De hecho, publicó
varios ensayos sobre la salud de la Iglesia, sus desafíos y problemas (Le
christianisme va-t-il mourir? en 1977 o Guetter l'aurore. Un christianisme
pour demain en 2003). Consideraba que el mensaje cristiano se escondía
detrás de las achacosas estructuras eclesiales y que estas debían cambiar de
rumbo.
Utilizó su
ascendencia pública para opinar sobre algunas cuestiones candentes y en constante
conflicto, como la descentralización jerárquica, el celibato sacerdotal, los
avances ecuménicos o el lugar de las mujeres dentro de la Iglesia. Su último
libro, L’avenir de Dieu (2015), era un intento de explicar la
interrelación que había existido entre dos de sus vocaciones, como hombre de fe
e historiador.
Y es que las
preocupaciones de los sujetos de sus estudios le permitieron iluminar su propio
recorrido personal. Delumeau escribió un pequeño texto para su funeral en el
que explicaba que vivía su últimos días confiado y esperanzado: “me abandono en
Ti. Voy a entrar en la tierra. Pero que mi último pensamiento sea el de la
confianza”. Este fue el legado final de quien nos enseñó tanto sobre el miedo.
Joseba Louzao (Letras
Libres) 29 enero 2020
FRAGMENTO
https://www.megustaleer.com/libros/el-miedo-en-occidente/MES-108809/fragmento
https://elcultural.com/El-miedo-en-Occidente
https://elpais.com/diario/2002/04/07/cultura/1018130404_850215.html
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