11 de agosto de 2016

La última Revolución


La última Revolución
Octubre de 1934 en Cantabria
Miguel Ángel Solla Gutiérrez
Editorial: Librucos / Ramón Villegas López
Torrelavega (Cantabria)
2016
262 pp.
24,00 €
ISBN 978-84-944425-7-5

 
Lejos de conocer una plácida vida, la joven república española vio cómo los escasos ocho años de su existencia transcurrieron entre divergencias, luchas, revueltas, revoluciones, trastornos políticos y asonadas militares. La más importante de estas confrontaciones, excepción hecha de la guerra civil de 1936-39, tuvo lugar en 1934. Cuando se anunció, a principios de octubre, que varios miembros de la derechista CEDA entraban a formar parte del Gobierno, saltaron todas las alarmas y los socialistas tomaron la decisión de convocar un movimiento revolucionario que devolviera el mando de la República a la izquierda.

La Revolución de Octubre de 1934 ha generado un importante volumen de estudios, tanto a nivel nacional como al local, centrándose todos ellos especialmente en los dos lugares en los que la huelga tuvo más incidencia: Asturias y Cataluña. Por el contrario, en lo que se refiere a lo sucedido en la entonces provincia de Santander en esas fechas el silencio es casi absoluto, por lo que cabe deducir que no pasó nada. Sin embargo, eso es radicalmente falso. Cantabria fue uno de los lugares de España donde tuvo una mayor incidencia y son varios los hechos que así lo atestiguan; fue una de las regiones donde la huelga tuvo una mayor duración, donde el número de muertos -15- y de heridos -más de un centenar- fue de los más crecidos del país y donde la represión gubernamental posterior alcanzó una de las mayores cotas: pasaron de 1.000 los detenidos y encarcelados por su participación en esos hechos.

 
Miguel Ángel Solla Gutiérrez es doctor en Historia por la Universidad de Cantabria y miembro del Centro de Estudios Montañeses. En el año 2006 recibió el XIV Premio de Historia Regional Manuel Teira Ciudad de Torrelavega. Sus investigaciones se han centrado en la historia de Cantabria, especialmente en los años de la II República y la Guerra Civil. Entre sus obras pueden destacarse La sublevación frustrada. Los inicios de la Guerra Civil en Cantabria (2005); La República sitiada. Trece meses de Guerra Civil en Cantabria (julio de 1936- agosto de 1937) publicada en 2010; Una efímera autonomía (El Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos) en 2011; Juan Ruiz Olazarán. Testimonios de la Guerra Civil en Cantabria (2015) y junto a Jesús Francisco Gutiérrez Goñi, La prensa de Cantabria durante la Guerra Civil (2010). Asimismo, es autor de numerosos artículos, ha colaborado en diversas publicaciones colectivas y participado en varios congresos nacionales e internacionales.

 

10 de agosto de 2016

Las crisis de la deuda soberana en España [1500-2015]


LAS CRISIS DE LA DEUDA SOBERANA EN ESPAÑA [1500-2015]
FRANCISCO COMÍN COMÍN
Los libros de la Catarata
Madrid
marzo 2016
317 págs.
21.00 €
ISBN: 978-84-9097-099-7


El objetivo de este libro es explicar, en términos asequibles, las crisis de la deuda soberana en España, desde el siglo XVI al XXI. Esta larga perspectiva permite conocer los orígenes de las crisis de la deuda, los métodos utilizados para solucionarlas y sus consecuencias para el país, que fueron nefastas. El libro desmiente la leyenda negra sobre las bancarrotas de los Austrias y sobre algunas reestructuraciones de la deuda del siglo XIX. El caso histórico español confirma la relevancia de la ineludible restricción presupuestaria ampliada de los Estados, que no pueden permitirse gastar por encima de sus recursos fiscales y patrimoniales. A corto plazo, pueden incurrir en déficits presupuestarios, financiados con deuda pública o monetizándolos con emisiones de dinero, pero cuando estos desequilibrios se hacen crónicos, como sucedió en España, la deuda pública se amontona hasta hacerse insostenible para el presupuesto del Estado y la economía nacional, creando las crisis de la deuda. Para escapar a la trampa de la deuda, los gobiernos españoles apenas siguieron los procedimientos ortodoxos consistentes en liquidar superávits presupuestarios y en vender patrimonio público, con desamortizaciones y privatizaciones. Al contrario, los responsables de la Hacienda española abusaron de políticas heterodoxas, recurriendo a repudios, suspensiones de pagos, bancarrotas, reestructuraciones o arreglos de la deuda y, finalmente, al impuesto inflacionista, derivado de la monetización del déficit.

 



Francisco Comín Comín.- Catedrático de Historia Económica de la Universidad de Alcalá de Henares desde 1991. Previamente enseñó en la Universidad Complutense y en la de Valladolid. Recibió el Premio Nacional de Historia de 1990 (por su libro Hacienda y Economía en la España Contemporánea, 1808-1936), el Premio de Investigación del Ministerio de Hacienda de 2002 (por el libro Alejandro Mon y Menéndez (1801-1882). Pensamiento y reforma de la Hacienda, escrito con Rafael Vallejo) y el Premio Docentia “Santiago Zapata” de la Asociación Española de Historia Económica en 2013 (por su libro Historia Económica Mundial. De los orígenes a la actualidad, 2011). Otros libros suyos destacados son: Historia de la Hacienda pública: Europa y España (1996); Historia de la cooperación entre las Cajas. La Confederación Española de Cajas de Ahorros (1928-2007); INI. 50 años de industrialización en España (con Pablo Martín-Aceña, 1991); La empresa pública en Europa. Una perspectiva histórica (con Daniel Díaz, 2004); Economía y economistas españoles en la guerra civil (coeditado con Enrique Fuentes Quintana, 2008); The Rise of Fiscal States. A Global History, 1500-1914 (coeditado con Patrick O’Brien, 2012); La Hacienda Pública en el franquismo. La guerra y la autarquía, 1936-1959 (escrito con Miguel Martorell, 2013); Crisis económicas en España, 1300-2012. Lecciones de la Historia (coeditado con Mauro Hernández, 2013); Historia de la deuda pública en España (siglos XVI-XXI) (coeditado con Carlos Álvarez-Nogal, 2015). Es académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Fue tesorero y secretario general de la Asociación Española de Historia Económica. Ha sido consejero de varias revistas científicas (como Investigaciones de Historia Económica) y secretario de la Revista de Historia Económica.
 
Juro al quitar de 1622
 

8 de agosto de 2016

Iglesias de Oviedo y León


Iglesias de Oviedo y León
 
Fernández Conde, Francisco Javier (coord.)
 
Biblioteca de Autores Cristianos
 
Madrid, 2016
 
Colección: Historia de las diócesis españolas, nº 17
 
788 pp.
 
49,04 €
 
ISBN:  978-84-220-1860-5
 
[100  artículos]

 
Edición coordinada por Francisco Javier Fernández Conde

Colaboradores: Miguel Dongil y Sánchez, Francisco Javier Fernández Conde, Fernando Manzano Ledesma, Carlos Reglero de la Fuente, Jesús Jerónimo Rodríguez González, Juan José Tuñón Escalada.

 
La historia de las diócesis de Oviedo y León fue propuesta para formar un solo volumen desde el primer «Proyecto Flórez 2000», de la Historia de las diócesis españolas, y nunca se puso en duda esa distribución. En realidad, las historias de las iglesias diocesanas de Oviedo y León arrancan y marchan juntas desde su fundación y consolidación en el alto Medioevo. Los orígenes de sus comunidades cristianas —más antiguos o mejor documentados los de León—, las circunstancias que rodearon su fundación como sedes diocesanas, la defensa y consolidación de sus condiciones de exentas frente a las pretensiones jurisdiccionales de Toledo y Braga, y más tarde Santiago de Compostela, están entretejidos por coyunturas e hitos históricos muy parecidos y en ocasiones concomitantes. Y esta cercanía histórica, unida a la geográfica se mantuvo hasta las reformas de 1954, cuando León, con Astorga y Cantabria- Santander fueron incluidas en la nueva metrópoli de Oviedo.

Además, cuando los límites jurisdiccionales del episcopado de San Salvador de Oviedo quedaron fijados casi definitivamente, después de las disputas y ajustes llevados a cabo en plena Edad Media, una parte importante de territorios que desbordaban la Cordillera Cantábrica (los Pirinneos Montes): Laciana, Sena, Luna (arcedianato de Babia); la parte leonesa del arcedianato de Gordón; y las llanuras de la meseta, al sur incluso de la misma ciudad de León: Valencia de don Juan y Benavente (Arcedianato de Benavente), dependieron de la mitra ovetense, y esta larga convivencia eclesiástica en dichas latitudes propició y lleva todavía la impronta de lo asturiano en las costumbres, la toponimia y la propia lengua. Por otra parte, las tierras geográficamente leonesas, ricas en vocaciones de hombres y mujeres de Iglesia, enriquecieron notablemente la nómina de la clerecía asturiana hasta que tuvo lugar el mencionado reajuste de la segunda parte del siglo xx. En la actualidad viven todavía sacerdotes de origen leonés que escogieron la diócesis de Oviedo en la mencionada división administrativa.
 

Por otra parte, los seis autores responsables de la redacción de este volumen, han sido escogidos más de acuerdo con sus especialidades que por su origen. Su trayectoria de historiadores está jalonada por una producción científica con vinculaciones indudables a los sujetos históricos y a las épocas sobre las que escriben.

El responsable de esta coordinación, no siempre fácil por circunstancias que no merece la pena mentar ahora, ha publicado numerosos trabajos sobre historia medieval de la iglesia asturiana, enmarcados casi siempre en un contexto mucho más amplio, que desborda los límites formales o jurídicos de la propia diócesis. Para la época del Renacimiento y la Reforma, en la que no es especialista, ha tenido que utilizar inexcusablemente los espléndidos trabajos de investigación del profesor González Novalín, primer coordinador de la presente obra: un menester, al que se vio obligado a renunciar por sus compromisos con la Iglesia Española de Santiago y Monserrat de Roma.

Juan José Tuñón Escalada, autor de la redacción de la historia moderna de Oviedo, es el especialista adecuado para llevar a buen término esta tarea por sus investigaciones y estudios monográficos, de manera especial por el libro titulado: D. Agustín González Pisador, obispo de Oviedo (1760-1791). Iglesia y sociedad en Asturias (Real Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo 2000). Esta monumental monografía, de más de 800 páginas, el resultado de su tesis doctoral de Historia eclesiástica de la Universidad Gregoriana, le ha convertido en un «modernista» de indudable relevancia para llevar a cabo la investigación y la síntesis de toda la historia moderna de la diócesis asturiana.
 

Jesús Jerónimo Rodríguez González, que se ha ocupado de pergeñar las dos últimas centurias de la sede episcopal de Oviedo, ha dedicado toda su trayectoria investigadora a los análisis de problemas y hechos históricos relacionados con la historia contemporánea de Asturias. Entre ellos destaca, sin duda alguna su tesis doctoral publicada con el título: La cultura sindical de Asturias. 1875-1917. Desde la perspectiva amplia y compleja que le ofrece este trabajo, se ha ocupado también de estudiar otras realidades de la iglesia asturiana que le han permitido adquirir un conocimiento muy minucioso de toda su evolución histórica hasta los tiempos presentes.

Carlos Reglero de la Fuente, en la actualidad catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Valladolid, es responsable de una larga serie de artículos y de libros de investigación sobre historia medieval de las regiones castellano-leonesas. En este elenco no faltan, naturalmente, trabajos más específicos sobre historia de la Iglesia de esos ámbitos histórico-geográficos, sin perder nunca de vista en ellos la contextualización social de las correspondientes temáticas. Su libro sobre Cluny, publicado recientemente —Cluny en España. Los prioratos de la provincia y sus redes sociales (1073-ca. 1270) (Fuentes y estudios de historia leonesa; León 2008), constituye un claro exponente de su dominio de las fuentes y de una extraordinaria información sobre la historia medieval y la eclesiástica en particular.
 
Fernando Manzano Ledesma, que se ocupa en este libro de la historia moderna de la iglesia de León, es natural del «Antiguo Reino leonés» y profesor en la Universidad de Oviedo. Su tesis doctoral versó precisamente sobre Benavente (Benavente en la Edad Moderna). Recientemente ha publicado una larga monografía sobre el Catastro de Ensenada en la parte correspondiente a Asturias: Las respuestas generales del Catastro de Ensenada en el Principado de Asturias (Oviedo 2010), que le ha permitido familiarizarse con la historia social de los territorios concretos en sus diferentes manifestaciones. De hecho, ha dirigido varios trabajos académicos de alumnos universitarios relacionados con esta importante fuente documental.

Finalmente, Miguel Dongil y Sánchez fue también profesor de la Universidad de Oviedo, en asignaturas de las áreas de Historia Moderna y Contemporánea. Tiene una titulación de la UNED sobre Historia y Filosofía de las religiones. Alguno de sus trabajos se ocupa de temáticas de historia contemporánea, pero se dedica de Introducción XVII forma preferente a investigaciones de historia religiosa relacionada con la Modernidad —Historia del Clero Regular asturiano (siglos XVI al XIX) (Oviedo 2012)—, mostrando también un interés notable por la historia de la religiosidad popular característica de las cofradías.
 

Una lectura atenta de este libro permite al lector percatarse fácilmente de que en su contenido general están presentes diferentes maneras de concebir la historia en general y la de la Iglesia en particular, algo inevitable lógicamente en un trabajo misceláneo. La misma forma de los discursos históricos de los apartados correspondientes a los diferentes autores que intervinieron en ellos presenta, así mismo, variables notables. En unos el estilo es más conciso y sintético. Otros prefieren un discurso más narrativo y, en cierto modo, positivista Y en algunos apartados se puede percibir igualmente una concepción de la misma historia de la Iglesia determinada, de alguna manera, por conocidos modelos y sistemas ideológicos. Lo sabíamos desde el principio, pero no creemos que estas diferencias teóricas o metodológicas constituyan un defecto para todo el conjunto, sino todo contario, porque respetan la personalidad de los propios autores y sitúan al destinatario de la obra en un panorama histórico abierto.

Quizás se considere un defecto la gran desproporción existente entre la historia de la diócesis de Oviedo y la de León a partir del siglo xvi. La de aquella supera, con mucho, a la de la sede leonesa. Y ello no supone, en modo alguno, que la primera sede episcopal haya sido más importante que la segunda a lo largo de su dilatado pasado histórico. La riqueza de las fuentes documentales de León para la Edad Media es impresionante, mucho mayor que la del conjunto disponible para Asturias. La obra ingente del siempre recordado Fernández Catón con sus «Fuentes y Estudios de Historia Leonesa» está en la mente de todos. Las fuentes leonesas para la Modernidad y las centurias más contemporáneas también son abundantes, pero no se puede negar que el número de estudios monográficos sobre estos siglos postreros es mucho más escaso. Seguramente que esto no sirva de excusa, pero, en cualquier caso, los tres apartados dedicados a León —los de la H. Moderna y Contemporánea también— servirán como marco de referencia obligada para las investigaciones de futuros historiadores. Y lo mismo ocurrirá con la diócesis asturiana. Todos los historiadores estamos y estarán condenados a esta provisionalidad. La historia de realidades tan complejas como el mundo de la religiosidad y de las instituciones religiosas nunquam finita est. Y otros tipos de historia también. En última instancia, esta finitud, lejos de ser considerada como debilidad o deficiencia de la historia como ciencia, es, sin duda, una de sus notas más atractivas.
 
De la Introducción, por F. Javier Fernández Conde
 


7 de agosto de 2016

El mito de la Cultura


El mito de la Cultura
Gustavo Bueno
Pentalfa Ediciones (Grupo Helicón S. A.)
Oviedo
2016
353 pp.
20 €
ISBN 978-84-7848-576-7

 
La Cultura es uno de los ideales prácticos de mayor rango: el Estado de Cultura ha llegado a ser un ideal de rango superior al del Estado de Derecho y, por supuesto, de más alto prestigio que el Estado de Bienestar. Sin embargo, nadie entiende qué es eso de la Cultura, como nadie entendía antaño qué era la Gracia de Dios. La Cultura es un mito, y un mito oscurantista, como lo fue el mito de la Gracia en la Edad Media o como lo fue el mito de la Raza en la primera mitad del siglo XX. En cierto modo podría decirse que el mito de la Cultura incorpora, además, a través de los nacionalismos de fin del siglo, muchas de las funciones que el mito de la Raza desempeñó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.

La edición impresa que Pentalfa presenta de este libro en 2016 (que hace la décima, contando desde la primera de 1996), aunque respeta el texto original de la obra, incorpora algunas adiciones en la parte III, dedicada a “la idea de cultura como campo de la investigación científica”. También incluye el prólogo a la edición americana, publicada por Carpio Editores (Riobamba, 2014).

 

Gustavo Bueno Martínez nació en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja, ciudad que le nombró Hijo Predilecto en 1997) el 1º de septiembre de 1924, hijo y nieto de médicos. Culminó los estudios de bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza Media «Goya», de Zaragoza, el día 21 de julio de 1941 (donde fue compañero de Fernando Lázaro Carreter). Inició en la Universidad de Zaragoza los estudios de Filosofía y Letras y de Derecho. El profesor Eugenio Frutos Cortés, recién llegado como profesor a Zaragoza, influyó notablemente para que se decidiera a estudiar Filosofía. Una vez realizados los cursos comunes en la Universidad de Zaragoza (donde fue compañero también de Félix Monje Casado, Constantino Láscaris Comneno y Manuel Alvar López) culminó la licenciatura en Filosofía en la Universidad de Madrid. Becario del Instituto «Luis Vives» de Filosofía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, defendió su tesis doctoral en 1947, sobre Fundamento formal y material de la moderna filosofía de la religión, bajo la dirección de Santiago Montero Díaz. Tenía veinticuatro años cuando se incorpora como Catedrático de Filosofía, el 26 de marzo de 1949, al Cuerpo de Catedráticos Numerarios de Institutos Nacionales de Enseñanza Media de España, desempeñando su cometido como funcionario en el Instituto femenino «Lucía de Medrano» de Salamanca, del que fue jefe de estudios en 1949-50 y director desde 1951 hasta 1960. En 1960 se establece en Oviedo, al ganar la cátedra de historia de la filosofía y de los sistemas filosóficos de la universidad de esa ciudad, institución a la que se mantuvo vinculado hasta 1998. Desde entonces desarrolla su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en Oviedo, ciudad que en 1995 le reconoció como Hijo Adoptivo. Fundador de la revista El Basilisco es autor de numerosos libros y artículos. Su obra está recogida en distintos diccionarios y obras generales. Gustavo Bueno falleció hoy, día 7 de agosto de 2016, en Niembro (Llanes, Asturias).




 

4 de agosto de 2016

Los presos del Valle de los Caídos


Los presos del Valle de los Caídos
Alberto Bárcena Pérez
Ediciones  San Román
Madrid, 2015
270 pp.
18,00 €
ISBN: 978-84-942107-5-4

 
Según el autor, en el Valle de los Caídos no hubo trabajos forzados, ni Cuelgamuros fue un campo de concentración. Los presos del Valle solicitaron ir allí por las ventajas que representaba para ellos: la redención de penas por el trabajo; el salario igual al de los obreros libres que también trabajaron allí y con las mismas condiciones laborales presos y libres; y, sobre todo, la instalación de sus familias junto a ellos, cuando lo solicitaron, en cuatro poblados que se construyeron dentro del Valle con su escuela, hospital, economato e iglesia. Por primera vez se cuenta la verdad de lo que allí pasó, y Alberto Bárcena lo narra con pasión, pero sin odio, que en este libro ha sido desplazado por las fuentes documentales.