Persona
non grata
Jorge Edwards
Edición de Ángel Esteban y Yannelys
Aparicio
Ediciones Cátedra
Madrid, 2015
Colección: Letras Hispánicas, 763
Páginas: 500
Precio: 18,00 €
ISBN: 978-84-376-3454-8
"Novela sin ficción", como el
autor chileno la ha definido en alguna ocasión, constituye un ejercicio de
subjetividad basado en experiencias personales, que se manifiestan en un
documento "realista" bajo el tamiz de la subjetividad y bajo un
ropaje narrativo que, alimentado por la primera persona, imprime una sensación
de ficcionalidad, propia de la trama novelesca. Polémico y sincero, el trabajo
del chileno es uno de los iconos de la época del "boom". Esta
edición, la primera con un estudio crítico, una corrección completa de
variantes y erratas y un elenco de notas a pie de página que aportan
aclaraciones relacionadas con hechos históricos, personajes, datos literarios,
técnicos, etc., además de las que el autor ha ido añadiendo en sucesivas
ediciones, ofrece un nuevo prólogo de Jorge Edwards que cobra una especial
relevancia por lo que en el contexto político actual significa una nueva
concepción de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
Desde su publicación en 1973, Persona non grata, obra
cimera del chileno Jorge Edwards, sigue siendo un libro inclasificable. Su
autor la definió como novela sin ficción, y Ángel Esteban y Yannelys
Aparicio, en el documentadísimo estudio que antecede al libro, la incluyen
dentro de un nuevo género en boga en aquella época: la novela testimonial,
definida por la crítica como una narración en primera persona, contada por
un narrador que es, a su vez, protagonista o testigo del relato. Su
unidad narrativa suele ser la vida de una persona, o una circunstancia
especialmente significativa de la misma. La situación del narrador en la novela
testimonial siempre involucra cierta urgencia o necesidad de comunicación que
surge de una experiencia vivencial de represión, pobreza, explotación,
marginalización, crimen, lucha…
Siempre me ha gustado y me he sentido invenciblemente
inclinado a pasar de un género a otro, a invadir terrenos, a jugar en los
límites…, escribió
Edwards a propósito de Persona non grata. Y esa es la impresión
que nos queda al leer las vicisitudes del chileno en La Habana, a donde acudió
en 1970 como encargado de negocios, designado por el presidente electo,
Salvador Allende, con la misión de restablecer relaciones diplomáticas con la
isla. Su estancia fue breve pero traumática. Hasta el punto de que cuando se
fue, en 1971, sintió la necesidad de liberarse de la experiencia alumbrando
este libro. ¡Escríbelo!, le dijo Pablo Neruda, escríbelo sin omitir
nada de lo que me has contado. ¡Y no pienses en la publicación! Algún día
encontrarás que se puede publicar, y será un libro importante, un testimonio
necesario.
Neruda parece ser profeta, ya que Persona non grata no
ha dejado de reeditarse desde 1973. Y cada vez que lo ha hecho ha contado con
un nuevo prólogo del autor. En el que precede a esta edición, Edwards se
refiere al histórico encuentro en Panamá, en abril del presente año, entre Raul
Castro y Barack Obama. Castro declararía que el norteamericano era un hombre
honesto, y Obama aseguró: La Guerra Fría ha terminado.
Por último, la edición incluye también cartas inéditas de
Guillermo Cabrera Infante, Graham Greene y Arthur Miller dirigidas a
Jorge Edwards, donde le hacen comentarios entusiastas tras recibir de él la
primera edición del libro.
¿Qué es, en realidad, Persona non grata? Es, en
efecto, un testimonio, el de un personaje singular, ya que el autor pertenecía
a la élite cultural y económica de su país, aparte de su condición de
diplomático, con todas las protecciones e inviolabilidades que ello supone.
Todo ello le permitió tratar a Fidel Castro, a quien describe de primera mano,
reflejando a la perfección su carácter histriónico y autoritario. La novela se
convierte de este modo en un alegato a favor de la libertad de expresión, ya
que a lo largo de sus páginas el autor nos da cuenta de cómo su ejercicio le
trajo como consecuencia el desafecto del régimen. Hasta llegar al punto
culminante que se produjo con el encarcelamiento de su amigo, el escritor
Heberto Padilla, en marzo de 1971, por “actividades subversivas” contra el
régimen.
Fueron apenas unos meses los que Jorge Edwards estuvo en La
Habana, hasta ser declarado persona non grata; declaración que dio
origen al título del libro, escrito en Paris durante las madrugadas de 1971 a
1972.
Ricardo Lladosa
http://elpais.com/diario/2006/10/15/domingo/1160884358_850215.htmlhttp://primaveradigital.net/persona-non-grata/
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