Consideraciones sobre la formación original de los
lenguajes
Adam
Smith
Edición de Jorge
López Lloret
KRK
Ediciones
Col. Cuadernos de
pensamiento, nº 31
Oviedo (España),
2018
109 pp.
9,95 €
ISBN:
978-84-8367-611-0
Cada
vez se tiene más claro que La riqueza de las naciones fue parte de un
proyecto filosófico general que Adam Smith no pudo completar en vida. Esto
último ha permitido, durante los dos últimos siglos, la interpretación de esta
extraordinaria obra de una manera parcial, ideológica e interesada. Por eso hoy
los estudiosos consideran prioritario cambiar esta situación, lo cual, sin
duda, influirá adicionalmente en nuestra visión disciplinar de la propia teoría
económica.
En este proceso resulta especialmente importante recuperar y profundizar en Consideraciones sobre la formación original de los lenguajes (1761), una obra que la crítica ha minimizado tradicionalmente y a la que Smith, pese a todo, concedió una gran importancia, manteniéndola hasta su muerte como apéndice a La teoría de los sentimientos morales. En Consideraciones estableció las líneas maestras de su metodología histórica, así como la naturaleza construida de todos los fenómenos humanos, incluidos los económicos.
Adam Smith (Kirkcaldy, Escocia, 1723-Edimburgo, 1790). Comenzó a
estudiar en 1737 en la Universidad de Glasgow, donde tuvo como profesor a
Francis Hutcheson, uno de los padres de la Ilustración escocesa y en 1740
continuó sus estudios en Oxford. Después comenzó una breve carrera como
conferenciante en Edimburgo, impartiendo conferencias sobre retórica y
jurisprudencia, consideradas el germen de su obra posterior.
El éxito obtenido le abrió el camino como docente a la Universidad de Glasgow, primero como profesor de Lógica y después en la más prestigiosa cátedra de Filosofía Moral, la misma que había ocupado Hutcheson. Continuó hasta 1764, cuando renunció a su condición para acompañar como tutor a Henry Scott en su viaje a Francia. En este periodo Smith definió su pensamiento y publicó su primera gran obra, La teoría de los sentimientos morales, en 1759.
Durante su estancia en Francia, Smith entró en contacto con los ilustrados de aquel país, especialmente con los fisiócratas, que le ayudaron a perfilar una teoría económica, que se plasmaría en 1776 en su publicación más importante, La riqueza de las naciones.
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