1 de noviembre de 2015

Persona non grata


Persona non grata
Jorge Edwards
Edición de Ángel Esteban y Yannelys Aparicio
Ediciones Cátedra
Madrid, 2015
Colección: Letras Hispánicas, 763
Páginas: 500
Precio: 18,00 €
ISBN: 978-84-376-3454-8

"Novela sin ficción", como el autor chileno la ha definido en alguna ocasión, constituye un ejercicio de subjetividad basado en experiencias personales, que se manifiestan en un documento "realista" bajo el tamiz de la subjetividad y bajo un ropaje narrativo que, alimentado por la primera persona, imprime una sensación de ficcionalidad, propia de la trama novelesca. Polémico y sincero, el trabajo del chileno es uno de los iconos de la época del "boom". Esta edición, la primera con un estudio crítico, una corrección completa de variantes y erratas y un elenco de notas a pie de página que aportan aclaraciones relacionadas con hechos históricos, personajes, datos literarios, técnicos, etc., además de las que el autor ha ido añadiendo en sucesivas ediciones, ofrece un nuevo prólogo de Jorge Edwards que cobra una especial relevancia por lo que en el contexto político actual significa una nueva concepción de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
Desde su publicación en 1973, Persona non grata, obra cimera del chileno Jorge Edwards, sigue siendo un libro inclasificable. Su autor la definió como novela sin ficción, y Ángel Esteban y Yannelys Aparicio, en el documentadísimo estudio que antecede al libro, la incluyen dentro de un nuevo género en boga en aquella época: la novela testimonial, definida por la crítica como una narración en primera persona, contada por un  narrador que es, a su vez, protagonista o testigo del relato. Su unidad narrativa suele ser la vida de una persona, o una circunstancia especialmente significativa de la misma. La situación del narrador en la novela testimonial siempre involucra cierta urgencia o necesidad de comunicación que surge de una experiencia vivencial de represión, pobreza, explotación, marginalización, crimen, lucha…
Siempre me ha gustado y me he sentido invenciblemente inclinado a pasar de un género a otro, a invadir terrenos, a jugar en los límites…, escribió Edwards a propósito de Persona non grata. Y  esa es la impresión que nos queda al leer las vicisitudes del chileno en La Habana, a donde acudió en 1970 como encargado de negocios, designado por el presidente electo, Salvador Allende, con la misión de restablecer relaciones diplomáticas con la isla. Su estancia fue breve pero traumática. Hasta el punto de que cuando se fue, en 1971, sintió la necesidad de liberarse de la experiencia alumbrando este libro. ¡Escríbelo!, le dijo Pablo Neruda, escríbelo sin omitir nada de lo que me has contado. ¡Y no pienses en la publicación! Algún día encontrarás que se puede publicar, y será un libro importante, un testimonio necesario.

Neruda parece ser profeta, ya que Persona non grata no ha dejado de reeditarse desde 1973. Y cada vez que lo ha hecho ha contado con un nuevo prólogo del autor. En el que precede a esta edición, Edwards se refiere al histórico encuentro en Panamá, en abril del presente año, entre Raul Castro y Barack Obama. Castro declararía que el norteamericano era un hombre honesto, y Obama aseguró: La Guerra Fría ha terminado.
Por último, la edición incluye también cartas inéditas de Guillermo Cabrera Infante, Graham Greene y Arthur Miller dirigidas a Jorge Edwards, donde le hacen comentarios entusiastas tras recibir de él la primera edición del libro.
¿Qué es, en realidad, Persona non grata? Es, en efecto, un testimonio, el de un personaje singular, ya que el autor pertenecía a la élite cultural y económica de su país, aparte de su condición de diplomático, con todas las protecciones e inviolabilidades que ello supone. Todo ello le permitió tratar a Fidel Castro, a quien describe de primera mano, reflejando a la perfección su carácter histriónico y autoritario. La novela se convierte de este modo en un alegato a favor de la libertad de expresión, ya que a lo largo de sus páginas el autor nos da cuenta de cómo su ejercicio le trajo como consecuencia el desafecto del régimen. Hasta llegar al punto culminante que se produjo con el encarcelamiento de su amigo, el escritor Heberto Padilla, en marzo de 1971, por “actividades subversivas” contra el régimen.
Fueron apenas unos meses los que Jorge Edwards estuvo en La Habana, hasta ser declarado persona non grata; declaración que dio origen al título del libro, escrito en Paris durante las madrugadas de 1971 a 1972.
Ricardo Lladosa
http://elpais.com/diario/2006/10/15/domingo/1160884358_850215.html
http://primaveradigital.net/persona-non-grata/

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