Historia traicionada
Nación española y refutación del nacionalismo vasco
Joaquín Mª Nebreda
Editorial Almuzara S. L.
Córdoba (ESPAÑA), 2021
470 pp.
25 €
ISBN: 978-84-18578-74-8
Estas páginas se ocupan de
recordarnos que España es una nación histórica y no una nación de naciones
puesto que ninguna de sus regiones tiene el espesor y la densidad cultural e
histórica que atesora su conjunto; ninguna se explica por sí misma. Nuestra nación
es diversa, y no uniforme ni artificial, porque no es fruto de la ingeniería
social sino de la larga cocedura de la historia.
El autor refuta el
nacionalismo porque rechaza su construcción ahistórica con artificios
mitológicos fundados (infundados) en la noche de los tiempos. Soberanía
originaria, hecho diferencial, derechos históricos, etc., son piezas de una
ingeniería social que la realidad rebate, la historia y la civilización
rechazan, y ha exigido adoctrinamiento, coacción y violencia.
Joaquín María Nebreda denuncia que la sociedad vasca, así reconstruida, ha tornado en átona, monocorde y silente, en las antípodas de la pluralidad y libertad que la Europa del siglo XXI exige. El País Vasco, hoy, es menos diverso y más uniforme que nunca. Una anómala situación que requiere no solo poner la vista pública en lo ocurrido, sino sanación por la verdad y sin venganza. Porque… falsificar el pasado únicamente logrará hacer ilícito el futuro.
El autor presenta su
refutación del nacionalismo en siete claves:
1º.- Los vascones no fueron el pueblo originario del País Vasco,
llegaron cuando ya estaba habitado por diversas tribus (várdulos, autrigones,
caristios, berones, cántabros, etc.).
2ª.- No existe traza de soberanía originaria en las tribus vascas
que cuando surgen a la historia, aún sin ser un pueblo sino un conjunto de
tribus, ya habían estado bajo soberanía asturiana, después navarra,
consolidándose la soberanía del reino de Castilla en el último tramo del siglo
XII. Así que se inicia la institucionalización del País Vasco en el siglo XIII,
con la creación de villas por los reyes castellanos, y en los siglos XIV y XV,
mediante la promulgación de Cuadernos de Hermandad, y del Fuero de Vizcaya,
todo ello, sustancialmente, bajo derecho castellano.
La
soberanía originaria del pueblo vasco
es un mito sin fundamento.
3ª.- No existe traza del
denominado hecho diferencial vasco.
No es posible referirse al País Vasco sin España y viceversa. Ni siquiera el
vascuence lo es, porque en la protohistoria fueron las lenguas indoeuropeas las
utilizadas en la zona y desde el acceso a la historia de aquellas tribus se
consolidó el bilingüismo (latín vulgar-romance castellano y vascuence), con el
castellano como lengua útil.
4ª.- Los derechos históricos,
entendidos como un imperio meta-constitucional inderogable, son un concepto inespecífico además de
imposible en la Civilización Occidental. El derecho conocido en el País
Vasco es, fundamentalmente, derecho castellano y en parte navarro-aragonés.
La actual autonomía del
País Vasco lo debe todo a la Constitución de 1978 y muy poco a su historia que,
por otra parte, era historia castellana, en muy gran medida, porque con
anterioridad al siglo X en el País Vasco aparece la noche de los tiempos que
sabemos se desarrolló en un escenario tribal del que no hay noticia.
5ª.- La foralidad fue un instrumento jurídico de los reinos cristianos,
que se agotó primero con el Decreto de Nueva Planta y, definitivamente, con el
constitucionalismo decimonónico. En todo caso, la foralidad nunca supuso
soberanía, sino que fue un instrumento necesario de los reyes para gestionar
sus amplios territorios. La foralidad era un cesión que hacía el poder real de
su jurisdicción y su autoridad en favor de señoríos y villas, pero jamás supuso
la cesión de la soberanía, como se prueba ampliamente en el trabajo comentado.
6ª.- El Concierto económico no es un derecho histórico, ni siquiera es un sistema foral tradicional, es una
transferencia posforal de la potestad originaria del Estado en materia
tributaria, a tenor de los artículos 133 y 138 de la Constitución de 1978.
7ª La tragedia vivida por
los ciudadanos vascos a los largo de más de cuatro décadas, en las que imperó
el terrorismo, la coacción y el adoctrinamiento, exigen de un proceso de
sanación por la verdad.
No es posible blanquear el
pasado de intolerancia y sangre, porque el futuro de los vascos y, en
definitiva, de todos los españoles, siempre estaría manchado de ilicitud.
Es necesario abrir las
ventanas de la sociedad vasca a la verdad. Hoy es una sociedad átona, sin el pulso de la pluralidad, monocorde, con el único soniquete del
pensamiento único, y silente, porque
media sociedad discrepa con el silencio.
Historia
Traicionada
es un trabajo soportado por abundante doctrina historiográfica y jurídica, que
pone ante el lector la irracionalidad que han supuesto tantas concesiones
injustificadas, hasta el extremo de condicionar el texto constitucional con
pretensiones imposibles, carentes de virtualidad jurídica, son la pica en Flandes de la permanente
reclamación.
En definitiva, se ha
aceptado, de facto, la inconsistente
interpretación nacionalista de la historia, por aquello de que “por la paz una Avemaría”. Este libro
pretende ser un grito de alarma y de ánimo para que los ciudadanos se
reconozcan miembros de una Nación preñada de historia, foco cultural incuestionable
de la que no sentirse orgullo sería estúpido y suicida, porque está comprobado
que en las dos regiones donde se ha dado pábulo al nacionalismo contrahistórico, los ciudadanos que en ellas viven
tienen menos libertad individual que el resto de los españoles- Cuanta menos
España, menos libertad, es axiomático.
'Historia
traicionada': la refutación del nacionalismo en una España diversa y no
uniforme - Capital
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