La Biblioteca de Castropol, la historia omitida
La Biblioteca
Popular Circulante de Castropol y el Partido Reformista de Melquíades Álvarez
Andrés
López-Cotarelo
Prólogo de
Ángel Mato
Editorial
Círculo Rojo (Almería), 2023
349 pp. + dos
anexos
30 euros
ISBN: 978-84-1189-477-7
El primer
antecedente en Castropol de lo que posteriormente se conoció como «reformismo»
fue, desde el año 1905, el Partido Independiente de Castropol —conocido
como Partido Novo— promovido por Vicente Loriente Acevedo
junto a otros castropolenses ilustres. A partir de 1912, el Partido Novo se
integró en el Partido Reformista, de ámbito nacional y liderado por «el
Tribuno» Melquiades Álvarez González-Posada.
La vinculación
con Castropol de la ejecutoria política de Melquiades Álvarez en los cruciales
años que van desde 1914 hasta 1924 ha sido igualmente muy poco resaltada. Baste
decir aquí que Álvarez fue diputado a Cortes por el distrito electoral de
Castropol durante cinco legislaturas, y en calidad de tal llegó a ser en 1923
presidente del Congreso de los Diputados, lo que constituyó la cima de su
trayectoria institucional. Y no siendo objeto de este libro la historia del
reformismo en Castropol, ha sido, sin embargo, inevitable referirse a ella
numerosas veces en sus páginas.
Como se verá a
lo largo de esta obra, fueron tres las personas que principalmente encarnaron
la actuación del reformismo en la Biblioteca, durante el decenio largo que va
de 1921 a 1932: Máximo Cancio Menéndez de Luarca, Victoriano García de Paredes
Álvarez de Borbolla y Ramón García González. El papel jugado por ellos
constituye el núcleo del libro.
A ellos tres
cabe añadir la figura ambivalente de Vicente Loriente Cancio, que desde su
inicial militancia reformista evolucionó a partir de 1931 hacia un claro
alejamiento de ella. Especial objeto de análisis será su caso, ya que sin duda
fue una persona clave en todo lo referente a la Biblioteca durante un largo
periodo que se extendió hasta los años posteriores a la Guerra Civil y hasta la
actual Biblioteca Municipal Menéndez Pelayo, que no es ya materia de este
libro.
Tres son las
bases sobre las que se asienta esta obra. En primer lugar, los fundamentales
estudios de Ángel Mato sobre las bibliotecas populares en Asturias en el primer
tercio del siglo XX. En segundo, el periódico decenal Castropol,
publicado entre 1905 y 1924, que fue de facto el órgano de
expresión del reformismo castropolense y que reflejó de primera mano la
evolución de la Biblioteca desde los primeros momentos de su fundación. De
hecho, fue en Castropol donde vio la luz, el 20 de octubre de
1921, el conocido manifiesto «Por nuestra cultura», que anunciaba la intención
de crear la Biblioteca. Y en tercer lugar, el libro de Luis Legaspi La
Biblioteca Popular Circulante de Castropol. Datos históricos con alguna
apostilla personal y juicios de menor momento y cuantía (2008), que
dentro de su brevedad aporta importantes datos avalados por su experiencia
personal como testigo. Asimismo, es esencial, aunque limitada a determinados
episodios y aspectos concretos, la información proporcionada por Xosé Miguel Suárez
Fernández en un artículo publicado en 2008 en la revista Erada y
en sus libros de 2009 y 2021, respectivamente, sobre el teatro aldeano de la
Biblioteca y la represión franquista en extremo noroccidental de Asturias.
Por otra
parte, son también tres las fuentes que hasta ahora han transmitido versiones
de extensión considerable de la historia de la Biblioteca. A nuestro juicio
todas ellas son parciales en varios aspectos esenciales, y ello se intenta
argumentar en este libro. Se trata por una parte del periódico local El
Aldeano, publicado entre 1929 y 1933 y dirigido de facto por
Loriente Cancio, que actuó como órgano informativo de la Biblioteca en ese
periodo; y por otra, las obras de Xabier Fernández Coronado Memoria de
la Biblioteca Popular Circulante de Castropol (2008) y de Javier
García Herrero y Manuela Busto El libro y el pueblo (2022).
El trabajo de
documentación se ha completado consultando las obras sobre la Biblioteca y su
contexto publicadas por otros autores que por su trascendencia resultan
indispensables para conocer lo sucedido. Entre ellos cabe destacar a Antonio
López-Oliveros, Leonardo Borque López, Carmen Prieto Álvarez-Valdés, Manuel
Suárez Cortina, Miguel Ángel Serrano Monteavaro, José María Lombardero Rico y
Ramón Rodríguez Álvarez. Otras obras y documentos que también han servido en
diversos aspectos aparecen referenciados en la bibliografía.
Este libro ha
sido escrito desde la consciencia de que, más allá de los hechos que se
relatan, sus conclusiones están abiertas a la discusión, como no puede ser de
otro modo.
Andrés López-Cotarelo
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